En lo profundo de nuestra psiquis nuestra madre divina desintegra nuestros defectos cuando nosotros se lo pedimos con fuerza y fe.
El trabajo de la liberación del alma o conciencia, es sencillo, práctico y lo podemos hacer en nuestro diario vivir. Solo debemos poner atención a nuestros pensamientos sentimientos y emociones.
A esta técnica se le llama la auto-observación psicológica de sí mismo y se utiliza para auto-explorarnos y auto-descubrirnos.
Por ejemplo; si vas por la calle y un auto te salpica con agua sucia, en vez de insultar al conductor y gritarle improperios, auto-obsérvate. Sentirás surgir dentro de ti ira, deseos de pelear, de insultar, de venganza, etc. Entonces dirige tu atención hacia tu corazón y pídele a DIOS MADRE, (Esta es una partícula de DIOS que llevamos dentro también conocida como LA MADRE DIVINA o LA VIRGEN) Madre Divina, desintégrame este defecto de ira, deseo de pelear o lo que sea que logres sentir, y ella lo desintegrará.
La petición se hace con fuerza, concentrados en nuestro corazón y si es posible, verbalmente. De esa manera debemos hacer con todos nuestros defectos de ira, pereza, orgullo, celos, resentimientos, gula, envidia, lujuria, codicia, apegos, fanatismo, alcoholismo, drogadicción y todo tipo de aberración psicológica que tengamos la valentía de reconocer en nosotros mismos. Estos defectos no debemos confesárselos a ninguna persona. Solo a DIOS, porque DIOS puede ver hasta lo más profundo de nuestro corazón y nuestros pensamientos.
Al Padre que está en secreto se le pide sabiduría y fuerza y a la Madre divina se le pide que aniquile el defecto en cuestión. Debemos estar pendientes en todo momento y en todo lugar de nuestro ego, la bestia que cargamos dentro. Debemos estar vigilantes, “como centinelas en época de guerra”, auto-observándonos y pidiéndole a nuestra Madre Divina; “Madre divina desintégrame este defeco, este yo, este demonio, en fin como quieras llamarlo”
Así el defecto que estés desintegrando se convertirá gradualmente en una virtud. Por ejemplo, la ira en paciencia, la pereza en diligencia, la lujuria en castidad, el orgullo en sencillez y humildad, la avaricia en generosidad, la envidia en alegría por el bien ajeno.
Así es como se desarrollan las virtudes que a DIOS gustan; altruismo, compasión, valentía, fuerza, amor por el prójimo. Quien adquiere virtudes puede tener paz en su alma y en su corazón. Así, “habitarás al abrigo del Altísimo y morarás a la sombra del Omnipotente…” y “…aunque caigan a tu lado mil y diez mil a tu diestra a ti nada te pasará. Ciertamente con tus ojos mirarás, y verás la recompensa de los impíos…”.
Este es un trabajo lento y progresivo, y deberás efectuarlo en todo momento y en todo lugar. En el trabajo, en el hogar, en la calle, en el autobús. Así, lograrás liberar tu alma que está aprisionada dentro de los defectos que cargamos dentro.
Así y solo así podremos abrigar la esperanza de un rescate hacia la isla del éxodo la cual está en un lugar del océano pacifico sumergida en la cuarta dimensión o cuarta coordenada. Dicha dimensión se encuentra mencionada en la Biblia como la tierra que mana leche y miel.
Lucha con todas las fuerzas de tu alma, de tu corazón y de tu entendimiento por ser mejor espiritual y humanamente, si no lo haces por ti mismo al menos hazlo por tus hijos, bríndales la esperanza de un mundo mejor; sin hambres, sin guerras, sin ignorancia, sin dolor y sufrimiento.
Es absolutamente urgente y necesario realizar cambios de fondo en nuestra forma de hablar, pensar, sentir, obrar, etc.
También debemos hacer un esfuerzo supremo por comprender cómo funciona cada defecto o yo psicológico. Para ello es necesario dedicarle un tiempo prudencial comenzando por media hora para luego ir aumentando gradualmente hasta una hora o dos de meditación reflexiva diaria.
En ese estado reflexivo debemos hacer una retrospección de nuestra rutina diaria, en el trabajo, en la calle, en el hogar, en la reunión de amigos, en la plaza, en el teatro etc. con el fin de darnos cuenta de las reacciones que hemos tenido en la interacción con nuestros semejantes e ir buscando el porqué reaccionamos de tal o cual manera ante determinada escena del diario vivir.
Si prestas atención, verás la tremenda cantidad de Yoes que se han ido presentando a lo largo del día. Entonces puedes pedir a tu Madre Divina que desintegre ese defecto que acabas de identificar.
Este es un trabajo de paciencia, hay que perseverar, luchar mucho e insistir. A veces pareciera que después de dar muerte psicológica a un yo determinado, como que no se le hubiera hecho nada, entonces esto desalienta y causa decepción. Pero no hay que desalentarse, cuando un yo parece que está muy fuerte, hay que darle más y más duro y al final muere porque muere.
Esto es semejante a un hombre que quiere partir una gran roca para construir en ese lugar su casa. Toma una gran maceta y un cincel y comienza a partirle pequeños pedazos. Sucede que después de darle muchos porrazos, la piedra se va poniendo redonda y no se le encuentra una arista para sacarle un pedazo ni una hendidura para meterle el cincel. Entonces el individuo se cansa, se desmoraliza, pierde interés y finalmente termina abandonando el proyecto.
¿Qué hacer? Si el hombre es astuto pues debe apelar a un poder superior a su porra y su cincel. Una opción es usar dinamita, pero esta resulta ser muy peligrosa y difícil de conseguir. Entonces queda el fuego y el agua. Calienta el hombre la piedra con una gran hoguera y después le echa agua y la piedra se parte porque se parte.
De igual forma aquel que desea liberar su alma de las tinieblas y del error, persevera, lucha, no se da por vencido, y al final encontrará la ayuda que necesita para lograr su objetivo. Esa ayuda viene del Padre que está en secreto de la Divina Madre y de la Fraternidad Blanca del Cristo.
El ego es la bestia que cada uno de nosotros carga en su interior, es el demonio dentro de nosotros, duro y difícil de quebrantar como una gran roca. Pero el ego tuvo un comienzo y necesariamente tendrá un final.
Nadie ha llegado al cielo solamente cantando avemarías, es necesario luchar duro para conseguir un estado superior de conciencia. Esa es la forma como se libera uno de los vicios y de las aberraciones de la mente que al final nos conducen al sufrimiento y al fracaso.
Este es, de manera muy sintetizada, el trabajo sobre el aspecto psicológico, ahora vamos a enfrentar el aspecto sexual.
El sexo en sí, es el centro de gravedad de todas las actividades humanas. Alrededor del sexo giran todos los aspectos sociales de la vida: en un baile en una fiesta, en un café etc.
Desde siempre el sexo ha sido estudiado por los sabios con propósitos trascendentales
La ciencia ha investigado y descubierto que las hormonas sexuales enriquecen el torrente sanguíneo, de igual manera que las generadas en las distintas glándulas endocrinas, formando pequeños micro-laboratorios que desaparecen dolencias y enfermedades.
Desafortunadamente abunda mucho la pornografía que desvía el sexo hacia actividades meramente sensuales.
Existen tres clases de sexo: el sexo normal, el infra sexo y el supra sexo.
- El sexo normal es la actividad sexual conducente a la reproducción de la especie (hijos), viviendo de acuerdo a los intereses de la naturaleza.
- El infra sexo es la esfera donde encontramos a aquellos que se entregan de lleno a lujuria sin control alguno, cayendo en adulterio, fornicación, desviaciones sexuales de todo tipo como masturbación, sexo oral, sexo anal, zoofilia, orgias, pedrerismo, violaciones, pornografía, lascivia (lujuria mental), sadismo, masoquismo, prostitución, homosexualismo, lesbianismo y demás vicios psicosexuales. En esta esfera el ser humano se degenera psicológicamente creando nuevos defectos o Yoes y físicamente se atrofian e inutilizan grande áreas del cerebro y todo el organismo en general se degenera.
- El supra sexo es el camino de la transformación trascendental y de la regeneración, dado entre parejas hombre y mujer, con vínculos de amor, respeto, fidelidad y castidad.
En el mundo hay muchas creencias, ideologías, conceptos y preconceptos y cada uno es libre de creer lo que quiera pero la única fuerza que tiene la capacidad para transformarnos es la misma que nos creó, la que nos puso en el tapete de la existencia, es decir, la energía creadora sexual. En el supra sexo jamás hay perdida de dicha energía durante la unión sexual (no se fornica), esta se transmuta, se transforma, para crear los cuerpos existenciales del SER. A esto se refiere la parte del Evangelio Crístico cuando dice que quien no nace de nuevo no entrara en el reino de los cielos y cuando de nacer se trata esto es cuestión netamente sexual. El sexo es la piedra de tropiezo la cual los constructores (falsos líderes religiosos) desecharon y el Cristo dice; “sobre esta piedra (el sexo), construiré mi iglesia”.
Esto indica una fuerte e inaplazable necesidad de regenerarnos y valorar la energía creadora sexual.
Los cuerpos existenciales del SER se procesan de la siguiente manera:
- Cuerpo físico (mundo físico o tridimensional)
- Cuerpo vital (mundo etérico o de cuarta dimensión)
- Cuerpo astral (mundo de los sueños o quinta dimensión)
- Cuerpo mental (mundo de los sueños o quinta dimensión)
- Cuerpo causal (mundo causal o sexta dimensión)
La creación de estos cuerpos (factor nacer) nos permiten tener manifestación real en las dimensiones superiores del universo también llamado cielos. En la supra-sexualidad se obtiene vitalidad física, se ponen en actividad las distintas áreas del cerebro y se reciben capacidades y facultades extraordinarias.
En el supra- sexo son necesarias tres cosas:
1. AMOR: el anhelo trascendental por el crecimiento espiritual sin goce animal.
2. CASTIDAD: no derramar la energía creadora sexual durante la unión de la pareja bajo ninguna circunstancia, es decir, no fornicar.
3. FIDELIDAD: en pensamientos y en obras, conservando una pareja única y estable, es decir, no adulterar y además, no llegar a ningún tipo de práctica infra- sexual. Debemos valorar y conservar nuestra riqueza interior o energía creadora sexual, al igual que a nuestra pareja siendo estas las principales bases para lograr la auto-realización íntima del SER.
La muerte en marcha o eliminación de los defectos nos garantizan la purificación y ahorro de ésta energía. Para concluir debemos hacer esfuerzos por desarrollar la chispa del amor haciendo sacrificio por la humanidad mostrando, enseñando a otros el camino correcto. Estos son los tres factores de la revolución de la conciencia. Quien cumple con esos tres factores cumple a cabalidad con los diez mandamientos de Moisés.
Si tú, amigo lector, lees este libro, lo estudias y posteriormente en vez de guardarlo o votarlo lo compartes con otras personas, entonces ya estás haciendo un poco de sacrificio por la humanidad y el padre que está en secreto te sabrá recompensar.
TEXTO ORIGINAL ESCRITO POR: RAY M. LANDINEZ
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